Daroca un año más
- Gerardo Fernández San Emeterio
- 17 ago 2017
- 2 Min. de lectura

Un año más, he vuelto al curso de Daroca. El reencuentro con Martin Schmidt y Vasco Negreiros ha supuesto, una vez más, un repaso de pies a cabeza a mi forma de dirigir, tanto al gesto (que coge tantos vicios, al menos en mi caso, durante el curso) como a la forma de abordar los ensayos y la preparación de las voces.
Al mismo tiempo, el trabajo dentro del coro del festival supone un reencuentro con el papel de cantante de coro, que ejerzo cada vez menos, la verdad. En este caso, la presencia de un grupo de jóvenes cantantes del Coro de Cámara de Extremadura nos servía de acicate a los más mayores.
En cuanto al repertorio del coro, Martin y Vasco eligen siempre obras de una calidad extrema, pero este año eso venía reforzado por el hecho de tratarse de obras de una mayor envergadura, como el "Lamento de Arianna" o el "Gloria a siete" de Monteverdi, en el que me cupo, además, la suerte de cantar como solista la parte del tenor 2.
Junto a todo esto, Daroca me reservaba este año una gratísima sorpresa: la escasez de tenores para montar el "Orfeo" de Monteverdi hizo que pudiera interpretar al Pastor Primero, el que abre la ópera tras el prólogo. Cantarlo para mí era un verdadero sueño que he podido hacer realidad, pero cantarlo con el reparto con el que lo hice fue una verdadera maravilla. No puedo dejar de destacar el maravillosísimo Orfeo de Víctor Cruz, pero también la Música de Ana Cristina V. Pimpinela, la Prosérpina de Carolina Clemente o los dos papeles de bajo, que llevó a cabo con suma gracia José Duce. No puedo dejar de nombrar también a mi compañero de dúos, el jovencísimo Sergio Aunión, que tiene una voz bellísima y una musicalidad tal que me hace pensar que oiré hablar de él en un futuro no muy lejano.
Es necesario dar las gracias por todo ello a Luis Antonio González Marín, que dirigía el proyecto y que no sólo no me mandó a la porra por no haberme inscrito en él, sino que me acogió entre sus cantantes y me dio una oportunidad que no sabía la importancia que tenía para mí.
Gracias a todos por unos días estupendos y hasta el verano que viene.
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