Libros sobre el canto: Ron Murdock
- Gerardo Fernández San Emeterio
- 9 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Voy a repasar en las próximas entradas algunos de los libros sobre el canto que más me han interesado y ayudado, tanto al cantar como al enseñar, y quiero hacerlo con el que, probablemente, sea más raro en España: "Born to Sing", de Ron Murdock, publicado en 2015.
El autor es un cantante canadiense, alumnos de Husler y Rodd-Marling, que completó su formación con la de profesor de Técnica Alexander y que llevó a cabo su carrera y su docencia entre Alemania, Gran Bretaña y Holanda. El libro recoge tanto el testimonio de su propio aprendizaje como un repaso al mecanismo físico del canto, al que acompañan los gráficos anatómicos más claros que yo haya encontrado hasta la fecha, tanto que, con frecuencia, acudo a ellos para explicar determinados aspectos del funcionamiento físico de la respiración.
El libro está escrito en un tono desenfadado, pero no superficial, lo que le permite reflexionar, medio en broma, medio en serio, sobre aspectos medulares del aprendizaje y la enseñanza del canto. Como botón de muestra traduzco el inicio del capítulo 6, titulado "¿Qué es cantar?":
"Casi todas las escuelas de canto piensan en la voz de modos que difieren en algo. Estos varios modos dan como resultado tantas 'técnicas' o 'métodos' como profesores hay, y cada una intenta ayudar a sus alumnos a producir un buen sonido.
Estos 'métodos' se reflejan en el uso físico de los cantantes cuando intentan ponerlos en práctica. Algunos son claros y no dan problemas en un cuerpo bien coordinado; la forma de enseñar de Husler es un buen ejemplo de ello. Otros no pueden ser más difíciles y dan como resultado un esfuerzo muscular pesado, una respiración forzada e incómoda.
A pesar de tan variadas formas de abordar el canto, es claro que la mayor parte de los profesores buscan resultados similares. Hace algunos años, un cantante joven, nuevo en la escena mundial, dio un recital en el Congreso Internacional de Profesores de Canto. Al final de dicho recital, los seiscientos profesores que formaban el público le dieron una ovación cerrada y la mayor parte de ellos decían: '¿

Por supuesto, usa mi método!'.
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